Por fin llego el día. Se estaba haciendo de rogar pero al final la fecha para los amantes del rosado se dejó ver. 28 bodegas y el C.R.D.O.P. Jumilla, con una amplia representación de vinos, fueron los encargados de mostrarnos en escena la obra de esta gran función. Pero para que la obra sea un éxito hace falta unos actores que estén a la altura. Y vaya si cumplieron. Te podrá gustar más o menos el vino rosado o tendrás preferencias por una marca u otra, pero lo que está claro es que actualmente el panorama vinícola español en materia de rosados es absolutamente excelente y ayer quedó comprobado.

Castilla y León, Rioja, Aragón, Cataluña, Murcia… varias fueron las comunidades de las que vinieron las bodegas a presentarnos sus productos: vinos tranquilos, secos, dulces, con crianza, espumosos… Variedad por doquier. Para que luego digan que el rosado es un vino simplón. ¡Ja!

Las siguientes fueron las bodegas que acudieron al acto:

En esta ocasión estuve acompañado de un gran amigo y abrimos la veda con Sant Josep Vins pues teníamos ganas de probar sus rosados de garnacha. Y no defraudaron. En especial destacar el Llágrimes de Tardor Rosat, un vino elaborado a partir de tres garnachas: tinta, blanca y peluda. Un vino elegante y mineral. Continuamos por Aymar y aquí llegó una de las gratas sorpresas de la noche: Castell de Pujades 100% Xarel-lo Vermell, una variedad minoritaria y autóctona catalana pero con un potencial increíble. Y, ante tan excelente uva, el vino no podía ser menos pues, a sus notas de frutos rojos y minerales, acompañaba una boca amplia y envolvente. Muy buen vino.

La siguiente bodega fue Nóc donde elaboran un espumoso de los más curioso puesto que la variedad que utilizan es ¡tempranillo! Sin dudad digno de probar.

En Torremilanos pudimos degustar los tres rosados tranquilos y el espumoso que producen, destacando Torremilanos Ojo de Gallo, un clásico. Y en este momento llegamos a los riojanos: Muga, CVNE, Montecillo… A destacar Flor de Muga Rosado, un vino elegante, sensual y aterciopelado. Y de allí a los vinos navarros de Pagos de Araiz con sus Pagos de Araiz Rosado y Pagos de Araiz Rosado Rosé, dos vinos molones, frescos y aromáticos y donde pasamos un rato muy agradable charlando con José Antonio de vinos, experiencias y vivencias. Llegados a este punto arribamos en Hispano Suizas y degustamos el que, en mi opinión, fue el mejor rosado del evento. Estoy hablando de Tantum Ergo Rosé, un cava 100% pinot noir con una burbuja cremosa, fina y aromáticamente excepcional: el equilibrio y elegancia con el que consigue ensamblar las notas de frutos rojos con los toques de bollería, vainilla y frutos secos es digno de admirar. Excelente vino. Y no me puedo olvidar de Bassus Dulce, un rosado goloso, intenso y con una excelente acidez que hace que sus 150 g/L de azúcar residual no resulte empalagoso para nada. También probamos Impromtu, un rosado que ya había traído al blog y que os animo a que busquéis la ficha de cata por mi web.

Tras esta genial experiencia decidimos volver a los vinos de mi tierra, Castilla y León. Y no queda más que distinguir dos excelentes opciones que catamos: Vile La Finca Rosado y Dominio del Pindio. En esta ocasión decidí dejar de catar los rosados de Cigales de Bodegas Sinforiano y César Príncipe pero por una sencilla razón. Y es que este domingo se celebra la Fiesta del Primer Vino en Mucientes y ambas bodegas tendrán representación así que os animo, si estáis por la zona, a probar los rosados mucenteños.

Acabando ya, pues el tiempo apremiaba, pasamos por la zona de los vinos de Jumilla, donde el Consejo Regulador nos había traído una amplia representación de vinos de las bodegas que forman parte de él y en está ocasión me quedé con Torrecastillo Rosado, un rosado de un perfil aromático un poco diferente al resto pero muy interesante. Y para terminar, dicen que que lo último es lo mejor, y así ocurrió cuando visitamos el stand de Soto Manrique y nos dieron a probar su Naranjas Azules, un rosado que ya conocía pero que a mí me encanta. Desde aquí quiero agradecerles que, además una buena charla, nos obsequiaron con una botella de este rico vino.

Por desgracia, por falta de tiempo, hubo stands a los que no pude acercarme. Y hubo muchos más vinos que probé pero que ya no puedo poner porque sino ¡esto sería infinito!

Por último, agradecer a Calduch Comunicación y al Hotel Intercontinental por hacer esto posible así como a las bodegas participantes.

¡Hasta el próximo post #Claretistas!