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Experiencia Verema Madrid 2024

Si me dicen qué hacer un lunes de descanso siempre respondo que descansar, organizar la semana o salir con la familia/amigos a cenar y tomar un vino. Pero todo esto se viene abajo cuando se celebra algún evento en torno al vino, al que, a pesar de tener que dejar de hacer esas lentejas para el miércoles o ir a quemar calorías al gym, siempre le doy prioridad. Y uno de esos lunes ha sido el del día 22.

La Experiencia Verema Madrid es un evento anual que celebra la comunidad Verema, una web dedicada al puntaje de vinos por parte de los usuarios e informar de noticias de este bello mundo.

Este año cambiaba de sede y reunía 46 expositores, principalmente bodegas pero también Consejos Reguladores o tiendas de vinotecas: una gran oportunidad para catar vinos de bodegas que desconocía y reafirmar o cambiar mi opinión sobre vinos ya conocidos.

La jornada fue intensa: aproveché mañana y tarde para poder catar lo más posible y, aunque no pude probar todo, el tiempo fue aprovechado al máximo. Es por ello que en esta crónica no voy a escribir referencias a todas las bodegas y vinos degustados porque se haría tedioso pero si voy a dejaros lo que más me ha llamado la atención y/o más me ha gustado. Empecemos pues.

1. Villa Iulia

Comencé la andadura en el stand de esta bodega y no pude acertar más: vinos francos, elegantes y de mínima oxidación (trabajan en todo el proceso de elaboración en ambiente reductivo con ayuda de nitrógeno y carbónico). Muy a destacar Villa Iulia Cabernet Rosé 2023 y Villa Iulia Galea

2. Clos de Lôm

A continuación aterricé en esta bodega valenciana. Me llamó la atención su blanco de malvasía, una variedad muy plantada hace años en la zona y que fue desapareciendo en sustitución de otras y ahora están recuperando. Vino muy aromático, terpénico, al estilo de las malvasías canarias. El rosado era otro “must” y los tintos Isidra y Casa de las Monjas la joya de la corona.

3. Las Orcas

La Rioja Alavesa siempre da sorpresas y esta vez ha sido plasmada en esta bodega familiar. Iniciada con Cristina y Raimundo, es su hija Lucía la que da el toque moderno a estos vinos laguardienses: más fruta, sinceridad y con el toque justo de madera, que no sobrepase, que los terciarios acompañen, no enmascaren. Un acierto en mi opinión. A destacar Decenio Crianza (excelente RCP) y Pagos de Valdeorca Graciano sin desdeñar Trikuharri Viura.

4. Castillo de Aresán

Segunda de las tres bodegas manchegas en esta lista (para que luego digan que solo hacen vino malo a granel). De esta bodega llega una de las particularidades del día: Aresan Bourbon, un tinto de Cabernet Sauvignon, un vino con muchos matices, maduro y que sorprende. Excelente. Rosé de Aresán es otro de los vinos destacados y que entraría en el top de los rosados catados en el día.

5. Pago de Ina

De sorpresas iba el día y aquí tenemos otra. Crianza, 2012, tempranillo, Ribera del Duero… Alguno diría que el vino ya estaría caído, con muchos terciarios, apagado… No he visto cosa más viva en la vida. Así es Pago La Ina Vendimia Seleccionada 2012. La fruta y madurez que tenía este vino ya les gustaría otros más jóvenes y de más nombre. Increíble. Aunque si algún vino podía hacerle sombra ese era su hermano mayor, Zoñan: complejo, sedoso y carnoso.

6. Pago de la Boticaria

De esta bodega qué decir. He tenido un “match” si hablaramos en lenguaje “tinderiano”. Y ha sido, principalmente, a uno de sus vinos: Viña Satoshi Orange. Vino orange (vino blanco que fermenta con sus pieles) que se cría en barrica 5 meses y en el que encontramos complejidad, redondez y sensualidad. En nariz abre con notas dulzonas acompañada de toques de vainilla, fruta de pepita y amielados y en boca es largo, untuoso y estructurado. Sin duda, ha sido el descubrimiento del día. También muy destacable su tinto Trilo-Vites

7. Vinos Malaño

Termino la lista con la tercera de las bodegas manchegas. He decidido dejarla para el final porque fue la última de la que caté sus vinos (y no pude despedirme del evento de mejor manera). Vinos de pura esencia manchega, llevando la airén por bandera y de mínima intervención. Me encantó Viña Veneración, un blanco coupage chardonnay-airén criado sobre sus lías en roble francés y español y Airén Asoleado, un dulce que ya el nombre lo dice todo. Pero si hay algo que me entusiasmó fue Airén Asoleado pero criado en botas de vino de Jerez (no recuerdo el tipo pero diría que oloroso. Que me corrijan si no es así). Este vino todavía no está en el mercado pero yo ya voy a ir dando orden para que me guarden un par de botellas porque van a volar. Os aconsejo hacer lo mismo.

Otros vinos que destaco son: El Sueño de las Alforjas Albarín, Mojalpico Prieto Picudo, Son Mayor Rosado, Robledo de la Vega Airén, THM Rosado, Loidana Blanco y Moté Rosé y los valdeorreses Quinta da Peza, Sampayolo y Bioca.

No puedo terminar esta noticia sin agraceder a Jorge L. Mazaira por descubrirme, siempre que nos vemos, nuevos vinos de Valdeorras, a Verema por la realización y éxito del evento y al Hotel Thompson por acogerlo.

¡Hasta el siguiente post #Claretistas!

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